Siempre al acabar nuestros trabajos de pintura dejamos un resto de material que pueden ser muy útiles para hacer retoques en las paredes o en las sitios que se hayan manchado accidentalmente, teniendo el color justo para tal caso.
Por guardar la pintura y que dure la mayor cantidad de tiempo posible se pueden seguir algunos consejos:
Siempre hay que limpiar los bordes para evitar que la pintura no se seque y endurezca con la tapa.
Luego lo cerramos golpeando con alguna herramienta como el martillo pero anteponiendo una madera para no deformar la tapa. En definitiva lo que debe evitarse es la deformación de la tapa (en envases metálicos), ya que será imposible taparlos, y si quedan mal cerrados permitirán el paso de aire, principal causa de deterioro del material.
En pinturas al agua es menos probable que se forme una capa si el tarro esta bien tapado, en otras es inevitable. Si la pintura es al oleo o aceite, tal como barniz, esmaltes sintéticos, o algún tipo de pintura similar, podríamos guardarlos volteados o invertidos (boca abajo).De esta forma evitamos la formación de la película.
Siempre debemos guardarla en lugar de temperatura ambiente, evitar fuentes de calor próximas a los materiales.
En el momento que esta pintura sea utilizada es recomendable que sea colada para evitar ensuciar la superficie a tratar, y de esta forma arruinar el acabado.
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